Chillán 1939: A 82 años del terremoto más letal registrado en Chile.
Written by David Arias on 24/01/2021
Aunque no tuvo la magnitud del de Valdivia, el de 1939 provocó más de 24 mil muertos. “Se debieron cavar fosas comunes para sepultar a las víctimas que se amontonaban en las calles y plazas públicas”, escribió el jefe de la División de Higiene de la época.
El reloj se detuvo a las 22.32 de aquel martes 24 de enero. La tierra que afirmaba los pasos ya no era tan firme y la noche que velaba el descanso se volvió eterna para muchos. El terremoto de Chillán, que cumple 80 años, es recordado como el más destructivo de los desastres que se tenga registro en Chile. No por su magnitud, sino por la cantidad de víctimas que dejó.
Aunque solamente 5.685 muertos pudieron ser identificados, las estimaciones de la época aseguran que la cantidad de víctimas fatales superó los 24 mil. No es posible determinar la cifra exacta, ya que el calor del verano de 1939 demandaba enterrar con prontitud los cuerpos.
De acuerdo a las crónicas del jefe de la División de Higiene de la época, Waldemar Coutts, se debieron cavar fosas comunes para sepultar a las víctimas que se amontonaban en las calles y plazas públicas. En Chillán, dos fosas de 150 metros cuadrados, y un metro y medio de profundidad, sirvieron de sepultura colectiva para evitar la propagación de enfermedades.
El académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, Sergio Ruiz, explica que el terremoto de Chillán pertenece a los sismos de tipo intraplaca, de profundidad intermedia. Es decir, no ocurrió por la subducción de la placa de Nazca y Sudamericana, como sí pasó en 1960, en Valdivia. De hecho, la naturaleza del terremoto de 1939 es similar al sismo de Punitaqui, en 1997, y al que azotó hace pocos días la Región de Coquimbo, en Tongoy (6,7°).
Su epicentro se situó cerca de Quirihue, a 72 kilómetros al oeste de Chillán y con una profundidad de 100 kilómetros. Tuvo una magnitud de 8,3° Richter y una intensidad X en la escala de Mercalli,que mide el nivel de destrucción de los sismos y cuyo escala llega a un máximo de XII. No se sabe por qué son tan destructivas, en comparación a un sismo interplaca. Ruiz plantea que hay hipótesis que hablan de la alta frecuencia de las ondas sísmicas como causa del desastre.
El fallecido sismólogo alemán-mexicano, Dr. Cinna Lomnitz, relata en su libro Geofísica Panamericana que los daños que sufrió Chillán se debieron a que la gran mayoría de sus casas eran construcciones de adobe, pero también habían construcciones de otro tipo que también sufrieron daños considerables. Además, Lomnitz indicó que las normas de ingeniería y edificación no eran suficientes.
No solo las casas se cayeron, o sufrieron daños. Carreteras, y vías ferroviarias quedaron inservibles por la ondulación provocada por el sismo. La prensa de la época grafica que las personas sin hogar comenzaron a dormir en los vagones descarrilados por el terremoto.
Esta tragedia provocó que el Presidente de la época, Pedro Aguirre Cerda, impulsara una ley para regularizar los estándares de edificación. Tanto el mundo público como privado iniciaron campañas para ayudar a los miles de damnificados de la zona, que incluyó la formación de la Corfo y distintos proyectos de industrialización fueron usados para volver a levantar la región más afectada por el terremoto. A 80 años de la catástrofe, los habitantes de Chillán no se olvidan de la tragedia. El Consejo Regional de Bomberos de Ñuble, ha acordado hacer sonar sus sirenas a las 22:32 de la noche del 24 en señal de conmemoración.